La experiencia acumulada nos permite realizar procesos de mentoring y coaching ad hoc a las necesidades de quienes nos lo solicitan.  A veces son de tipo individual y otras de tipo colectivo u organizacional.  El coaching es concebido como un proceso de fortalecimiento de la persona que lo recibe y que se da a través de una serie de sesiones donde la conversación y las preguntas clave son de suma importancia, ya que promueve que la propia coachee vaya descubriendo las percepciones o situaciones que le impiden avanzar y cuáles elementos debe utilizar para avanzar.  El mentoring por su parte, está más basado en la experiencia de trabajo que permite apoyar a quien lo solicita en torno a experiencias que se pudieron resolver o enfrentar de manera exitosa o cómo se aprendió de situaciones que no resultaron tan positivas.  Estos ejemplos y experiencias pueden extrapolarse a las situaciones que experimenta el o la mentoranda y así tomar lo que le parece adecuado para resolver su propia problemática.